La seguridad personificada, ¿verdad? Mírame, la tranquilidad es mi segunda naturaleza, controlo todo tipo de situaciones y no tengo necesidad de nadie, ni de nada. Externamente tranquila.
No dejes que te engañe, ni que te engañen mis apariencias. Debajo de la ropa está mi verdadero yo, sumido en la confusión, el miedo. Debajo de mi ropa hay una historia interminable. Te cuento todo de que no me importa nada, y no te cuento nada de lo que de verdad me importa. Por eso, cuando reconozcas mi práctica, no te dejes engañar por mis palabras: escuchá lo que no te digo. Ahora que sabes mi verdad, por favor quereme. Quereme aunque parezca que eso es lo último que deseo. Escuchame. Tené paciencia conmigo. Aunque parezca que cuanto más te acercás, más me incomoda tu presencia. Soy tan necia que combato aquello de lo que tengo necesidad…
Externamente racional, interiormente humana: cabeza fría, cuerpo caliente; sonrisas.
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