Vengo a contar un secreto.
Sos una droga. Mi droga. Estoy enganchada a vos y núnca tengo suficiente. Quiero más, y más y más. Rozar la línea de la sobredosis en tu cuerpo, aspirar tu olor con fuerza, y que se me quede guardado en mi memoria para cuando me agarre extrañitis de vos. Pincharme cada una de tus palabras en mis venas y que recorra todo mi cuerpo tu esencia. Soy una adicta a tu voz cada vez que me decis en voz baja que me queres, mientras te pregunto (aunque te haya escuchado) con voz de tonta "¿que?" solamente para que me lo repitas y me vaya a dormir con una doble sonrisa. Rezo porque vos también estés enganchado a mi; a mis mensajes de las dos de la mañana, a cada dolor de estomago cuando siento que por algún viaje te pierdo con algún "me voy a recorrer el mundo..". Lo más desesperante es no querer desintoxicarme. Quiero morirme así. Que me maten tu cuerpo, tu olor, tu voz y tus besos.
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